Colaboración entre el profesorado y las familias en relación a alumnos con TDAH

La implicación de los alumnos con TDAH en la educación de sus hijos es fundamental. Sin la colaboración de los padres la labor didáctica del profesorado será, casi con total seguridad, ineficaz. Aunque a veces, desde la percepción de los profesionales, nos parezca que la labor de los profesores es muy importante, en realidad, estamos siendo colaboradores con la educación de los alumnos. Los auténticos educadores -al menos, los protagonistas- de los hijos son los padres. Y esto se demuestra, con una evidencia meridiana, en el caso de los alumnos con TDAH.

Cuando se detecta en el aula un alumno con TDAH es necesario ponerse en contacto rápidamente con la familia de ese alumno. En nuestro caso -nos referimos al planteado en el mapa de empatía anterior- la familia era plenamente consciente del problema de su hijo, había acudido al médico y estábamos ante un caso diagnosticado de alumno con TDAH. La primera actuación, en relación con la familia, fue concertar una visita. La familia ya es consciente del problema, está totalmente implicada.

Presentamos a continuación el guion de la entrevista con la familia:
1. Conocer mejor al alumno. a) ¿Dedica tiempo al estudio y a hacer las tareas por las tardes nuestro alumno? b) ¿Cuánto tarda en hacer la tarea? ¿Es lento? ¿Es despistado? c) ¿Estudia acompañado o solo? d) ¿Lleva bien la agenda? ¿Se le olvida apuntar las cosas? e) En otros aspectos de la vida, ¿atiende a las instrucciones? ¿hay que repetirle muchas veces las cosas? ¿Es rápido para hacer las cosas? f) ¿Qué tal en las comidas? ¿Come bien? g) ¿Cómo es su carácter? ¿Tiene amigos? ¿Se lleva bien con la gente? ¿Es a veces mal interpretado?

 2. Una vez identificados los problemas intentamos dar solución desde nuestra perspectiva didáctica (ya sabemos que la atención debe ser multidisciplinar –familia, medicina, escuela-). Algunas de estas medidas o actuaciones (que propondremos a la familia) suponen una implicación activa de los padres. a) Planteamos un seguimiento individual del alumno a través de un cuaderno de seguimiento escolar. En coordinación con el Departamento de Orientación planteamos esta iniciativa, le enseñamos a la madre el documento y le explicamos cómo funciona. En cada clase, el alumno apuntará la tarea para casa, se lo enseñará al profesor y este lo firmará. Cuando, en casa, haga la tarea sus padres le firmarán la casilla correspondiente. También este documento puede ser un medio o canal de comunicación. b) Planteamos una comunicación fluida y constante con la familia. A través del programa Delphos Papás (un software de comunicación entre familias y profesores elaborado por la consejería de Educación y Cultura de Castilla-La Mancha), a través del correo electrónico, e incluso del wathsapp. Nos parece fundamental que la familia conozca las fechas más importantes (exámenes, controles, tareas más importantes…) e información concreta de esas actividades. c) Planteamos la adaptación de las pruebas o exámenes para que el alumno con TDAH pueda realizarlas con mayor facilidad. d) Explicamos a la madre el lugar que ocupa en clase, el compañero que tiene, y decidimos si podemos cambiarlo a algún lugar mejor y con algún compañero que pueda ayudarle.

3. Aprovechamos para dar consejos generales a la familia. a) No hay que desanimarse. Intentar apoyar al alumno, ayudarlo a superar sus frustraciones, lo importante es el trabajo, los resultados concretos ya vendrán. b) Ser muy positivos, intentar siempre ver lo bueno de las cosas. c) Plantear objetivos concretos y cercanos. Ir uno a uno. Organizar el estudio de esa forma. Tener un horario que tenga en cuenta el “efecto” de la medicina para adaptar las tareas más difíciles o que exigen mayor concentración al momento en el que el alumno siente la ayuda de la medicación. d) Intentar motivar al alumno de distintas formas. Aprovechar que es muy hablador para escucharlo, conocer lo que le interesa y potenciarlo. e) Proponer al alumno actividades deportivas (el fútbol que tanto le gusta), es necesario que tenga mucha actividad física, la necesita. Se pueden aprovechar los últimos momentos del día en los que ya no nota tanto el “efecto” de la medicación, antes de la cena.